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jueves, 25 de abril de 2024

SEMANA DE ROY ANDERSSON EN EPTV: "LA COMEDIA DE LA VIDA"

jueves 25 de abril - 22 hs
Semana de Roy Andersson en EPTV: "La comedia de la vida"
La comedia de la vida
Habla del ser humano, de sus grandezas y sus miserias, de sus alegrías y sus tristezas, de su seguridad en sí mismo y de su ansiedad. Un ser humano del que queremos burlarnos, pero que también nos hace reír. Es, sencillamente, una comedia trágica o una tragedia cómica sobre nosotros mismos.

miércoles, 24 de abril de 2024

SEMANA DE ROY ANDERSSON EN EPTV: "CANCIONES DEL SEGUNDO PISO"

miércoles 24 de abril - 22 hs
Semana de Roy Andersson en EPTV: "Canciones del segundo piso"
Un caótico sinsentido
Los finales tienden al caos apocalíptico, aquel que se apodera de los gobiernos y las economías mundiales para transformarlos en pilas amorfas de materia humana exasperada. Algo parecido se puede observar en Canciones del segundo piso (Sånger från andra våningen, 2000), el tercer largometraje de ficción de Roy Andersson que se escabulle entre la ironía y el absurdo para relatar sus historias desde un sentimiento generalizado de desesperanza. Esta cinta del año 2000 se mueve bajo el pretexto del cambio de siglo que anuncia desastre y conmoción, al narrar una multiplicidad de historias protagonizadas por una pléyade bastante egocéntrica e infeliz de personajes principales.
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martes, 23 de abril de 2024

SEMANA DE ROY ANDERSSON EN EPTV: "UN MUNDO DE GLORIA"

martes 23 de abril - 22 hs
Semana de Roy Andersson en EPTV: "Un mundo de gloria"
Hace unos días se anunciaba en el festival de Venecia el ganador del León de Oro, que recayó en el realizador sueco Roy Andersson, un cineasta y publicista con una amplia trayectoria en ambas facetas profesionales y que se caracteriza (en sus últimos trabajos para el cine) por una tendencia marcadamente existencialista. No en vano su cortometraje World of Glory puede considerarse como un manifiesto en que retrata la sociedad de su tiempo de una manera patética y que invita a la reflexión acerca de las problemáticas inherentes a este proceso infatigable y despersonalizador en pos del progreso, ah, el progreso. Así, se le atribuye a dicho corto un fondo crítico que apunta a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial y los posibles amiguismos de Suecia para con Alemania. En cualquier caso, no es lo que nos interesa, principalmente porque el retrato en escena va mucho más allá de aquellas coordenadas y pasa a convertirse en representación de las bajezas de Occidente como un todo que busca su perpetuación por encima de otras consideraciones.
El cortometraje se desarrolla, pues, sin sobresalto y sin estruendo, a partir de un puñado de hombres trajeados que condenan sin más ni más al humo de la inexistencia a unos cuantos desgraciados anónimos. Pasada esta primera escena, desagradable y perturbadora, se da por iniciado el descenso al hastío y el estancamiento más totales, erigiéndose el personaje principal en voz ridícula de sus coetáneos, todos ellos remedos de personas que se limitan a mirar desde un segundo plano, observar impacientes sus relojes o esperar ansiosos que el silencio regrese a instaurar paz en sus tareas meticulosamente programadas. Pareciera que el aire no fluyera entre los diversos planos estáticos que componen esta ahogada sinfonía del absurdo conformista, de ahí la sensación de acabamiento, de gris derrota y fatalismo entre las vértebras de un mundo que ha perdido su armonía y se ¿defiende? a base de ignorar cualquier factor externo que no entrañe un beneficio. Utilitarismo, que se dice.
Por suerte, el director no se queda aquí y amplía su registro con el ingrediente humor en las postales, y es que no hay nada más valioso que la risa filosófica para enriquecer la podredumbre y la falta de valores. Hablamos de humor y no gratuitamente, ya que hay pistas suficientes a lo largo del metraje para intuir esa pátina de divertimento tanto en la puesta en escena (véanse los rostros pintados de blanco carentes de expresión, los gritos fúnebres que invitan a la incredulidad, o la ineptitud imperante) como en el tratamiento de los diversos pilares temáticos, que parecen temblequear a cada segundo (familia, talento, religión, etc.). Andersson hará notar, así, la cosificación e intento de apropiación de todas las facetas de la vida para nuestro propio interés, haciendo inútiles las vías de escape o redención y permitiendo la retroalimentación del bucle esperpéntico actual.
Finalmente, al contrario que Bartleby, que «preferiría no hacerlo», la respuesta es no hacer nada diferente: seguir como hasta ahora y hasta siempre; apagar como se pueda aquellos gritos que nos buscan en la noche. Al plantarnos en la cara su cadáver de la gloria, el director nos invita a rebelarnos y aceptar la lucha por vivir dignamente la existencia.

lunes, 22 de abril de 2024

SEMANA DE ROY ANDERSSON EN EPTV: "UNA PALOMA SE POSÓ EN UNA RAMA A REFLEXIONAR SOBRE LA EXISTENCIA"

lunes 22 de abril - 22 hs
Semana de Roy Andersson en EPTV: "Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia"
En 'Una paloma…', unos personajes al borde del abismo (un hombre a punto de suicidarse, una científica que experimenta con un mono) le espetan a su interlocutor telefónico la misma frase: Me alegra escuchar que estás bien. El mundo se hunde en un infierno de angustia, pero los habitantes del grand guignol de Roy Andersson siguen aparentando que todo va bien.
Nada extraño si atendemos a que el proyecto fílmico del cineasta sueco entrecruza el existencialismo de Ingmar Bergman, el surrealismo de Luis Buñuel, la comicidad de Jacques Tati y el manierismo monumental de Federico Fellini. Ambientada en un anacrónico Gotemburgo de cartón piedra, 'Una paloma…' (cierre de la trilogía abierta por 'Songs from the Second Floor' y 'La comedia de la vida') alcanza su clímax con la aparición de una gigantesca máquina de muerte colonialista, símbolo de un Occidente corrompido por la crueldad. El fuerte de Andersson son las metáforas de un mundo a la deriva, que conviven con unos esfuerzos algo menos afortunados por evocar un halo de humanidad. . 

domingo, 21 de abril de 2024

SEMANA DE ROY ANDERSSON EN EPTV

Roy Andersson a las 22 hs 
de lunes a viernes por El Pueblo TV
(...)Filosóficamente hablando, hay un hilo común que une todos los filmes de Andersson. Le preocupa el estado de la humanidad, la capacidad de los humanos para la guerra y el genocidio, la avaricia y la indiferencia, la fragilidad humana. Como muestran sus películas, incluso aquellos que intentan hacer lo correcto se ven superados por la crueldad insensible y la estupidez del mundo que los rodea. Viridiana, de Luis Buñuel, contiene una escena seminal para Andersson, en la que un hombre compra un perro para evitar que tenga que correr bajo el carruaje de su amo, solo para encontrarse con incontables carruajes con perros que sufren del mismo modo. Las películas de su trilogía humanista extraen inspiración visual de los grandes artistas mundiales, entre ellos Francisco de Goya, Honoré Daumier y Otto Dix, y las estanterías en su estudio están llenas de libros de arte. Pero Andersson acude también a la gran literatura para el ethos humanista de sus películas. Songs... estaba inspirada por el poema de César Vallejo Traspié entre dos estrellas; de hecho, según su propia filmografía, Andersson comenzó en 1978 una película que tituló provisionalmente Älskade vare de som sätter sig (traducción sueca de ‘Amadas las personas que se sientan’, un verso del poema de Vallejo), pero lo apartó solo para que evolucionara y se convirtiera en Songs... dos décadas después. La comedia de la vida estaba inspirada por las Elegías romanas de Goethe, de 1790. Y Una paloma sentada... es, en cierto modo, un homenaje al gran novelista Miguel de Cervantes; la película nos lleva a un viaje de momentos triviales con dos desventurados personajes a los que Andersson se refiere como “unos Don Quijote y Sancho Panza de los tiempos modernos”. El director lo describe como “un film que nos muestra la belleza de los momentos únicos, la mezquindad de los otros, el humor y la tragedia que están en nosotros, la grandeza de la vida y la fragilidad de la humanidad”. Es precisamente esa tragicomedia por la que Andersson se ha hecho conocido. Mientras que Chaplin era posiblemente el más hábil practicante de este arte a principios del siglo XX, Roy Andersson ha insuflado nueva vida para él en el siglo XXI. >>>>> https://festivalcinesevilla.eu/



A las 22 hs. por El Pueblo TV



Lunes 22 de abril: "Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia" (2014)




Martes 23 de abril: "Un mundo de gloria" (1991)




Miércoles 24 de abril: "Canciones del segundo piso" (2000)




Jueves 25 de abril: "La comedia de la vida" (2007)




Viernes 26 de abril: "Una historia sueca de amor" (1970)

DOMINGO 22 HS: LA REDOTA. UNA HISTORIA DE ARTIGAS

domingo 21 de abril - 22 hs: LA REDOTA. UNA HISTORIA DE ARTIGAS, de Cesar Charlone (2011)
En 1884, al famoso pintor Juan Manuel Blanes le ordenan retratar a Artigas. Lo único que tiene Blanes sobre él son apuntes y esquemas realizados en 1812 por un ex espía español, Guzmán Larra, quien habría intentado asesinar al caudillo. Siguiendo la peripecia trazada por Larra 70 años antes, Blanes encuentra a Artigas. En su travesía conoce el abandono y las cenizas dejadas por la patria fugitiva y el éxodo de sus 8 mil seguidores hasta el Ayuí. La redota se convierte, así, en dos búsquedas diacrónicas tras un mismo hombre: José Artigas.
>>>> Retina Latina


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sábado, 20 de abril de 2024

SÁBADO 22 HS: MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES

sábado 20 de abril - 22 hs
MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES de Isaki Lacuesta - 2014 -
En un manicomio coinciden un grupo de personas de diferente clase y condición que comparten, sin embargo, un drama común: la crisis económica les ha destrozado las vidas. Y están todos indignados, muy indignados con su situación. Por eso, van a elaborar un plan que va a hacer justicia: van a escapar del centro psiquiátrico y a secuestrar a un grupo de ricos relacionados con el Banco Central. Su objetivo: hacer que paguen ellos la crisis... Con los medios que sean necesarios.
No me creo que esta película sea de Isaki Lacuesta. No me creo que sea del mismo director que nos regaló maravillas fascinantes como "Cravan VS Cravan", "La leyenda del tiempo" o "La noche que no acaba". Está bien cambiar de registro de forma radical, e incluso es un riesgo que yo agradezco en los creadores y que dice mucho a favor de ellos. Ahora bien, a Lacuesta le ha salido la cosa muy torcida, demasiado torcida, extremadamente torcida. "Murieron por encima de sus posibilidades" es su segunda película de ficción pura tras el drama político de "Los condenados" y su primera incursión en el género de la comedia. Y es una infamia fílmica, un engendro terrible e increíble. Pretende ser una obra muy crítica con la crisis económica que estamos viviendo en España y en Europa desde hace ya casi nueve años, pero termina siendo un sucedáneo malo y transgénico de comedias canallas como las de las primeras películas de Alex de la Iglesia o el "Airbag" de Juanma Bajo Ulloa. Cierto es que se esfuerza Lacuesta por realizar un retrato político y social lleno de incorrección. No falta de nada: paro, corrupción, gente que ha perdido su hogar, recortes en sanidad y en educación, timadores, indignados, pobres muy pobres y ricos muy ricos, clasismo, hipocresía, niños pagando el pato, medios de comunicación manipuladores, políticos y empresarios haciendo leña del árbol caído. Sin embargo, todo es tan como he dicho bruto, que la crítica se pierde en el puro trazo grueso.
Y es que en "Murieron por encima de sus posibilidades" prima un humor malo, muy malo. Muy malo por obvio, por bruto, por tópico y típico y por a veces casi infantil (el gag de los alemanes que vienen a España a "salvar la papeleta" es de vergüenza ajena en toda su simpleza pueril). Y este humor se extiende a todo: a unos personajes planísimos y nada desarrollados y que encima son puros estereotipos, a unos diálogos pésimos y sin gracia ninguna, a unos gags absurdos en el peor de los sentidos, a una ambientación turbia artificial y exagerada y a una trama deslavazada, mal hilvanada, que salta de un lado a otro sin sensibilidad y que encima termina con un espectáculo que cae en el gore gratuito (que el gore está bien, pero cuando venga a cuento).
"Murieron por encima de sus posibilidades" tiene una idea de partida interesante y hasta transgresora (y miren que hoy es difícil ser transgresor): un grupo de personas que quieren hacer pagar la crisis a los culpables de su dureza, que además se han librado de sus golpes. Y además tiene un repartazo. En serio: su plantel de intérpretes es espectacular. Pero esta idea está desperdiciada y este desfile de caras conocidas no sirve para nada con semejante guión. No me logró desatar ni una sonrisa, me aburrió mortalmente y, además, me provocó vergüenza ajena en alguna que otra escena. Lo dicho: sigo sin creerme que Isaki Lacuesta haya hecho esto, una comedieta pésima y que incide en los peores tópicos del peor cine cómico español, el del casticismo rancio, el de los tópicos bestias y el de la canallada cutre. Un horror. Espero que este gran director vuelva a su camino habitual, porque vaya tela.
>>>> https://cinemagnificus.blogspot.com/


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viernes, 19 de abril de 2024

SEMANA DE JEAN-LUC GODARD EN EPTV: "TODO VA BIEN"

viernes 19 de abril - 22 hs
Semana de Jean-Luc Godard en EPTV: "Toda va bien"
Fragmentos del artículo: RESISTENCIA OBRERA Y UN GRUPO DE DOS POR PAULA LÓPEZ MONTERO
En Todo va bien se puede apreciar desde el título esa ironía característica del cine de Godard. Godard y Gorin se trasladan al mundo obrero recreando -como en un ejercicio dialéctico más cercano a La chinoise que a Un film como cualquier otro – el escenario de una fábrica de industria cárnica y la ocupación de la misma por los obreros por unas mejores condiciones de trabajo. Se vuelve a poner encima de la mesa esa recreación, la ocupación y la estructura conteniente del diálogo. Un ejercicio de mirada recreativa que pone en juego la explicitación del travelling en el que se puede apreciar todas las escenas de la fábrica en su conjunto como si de una casa de muñecas se tratara y como –ciertamente y más veladamente propone en La Chinoise-. Godard reflexiona cuatro años más tarde de aquellas ocupaciones de las fábricas, sobre su andanza cinematográfica en un ejercicio metarreferencial donde se pondrá en evidencia constantemente el rodaje de la propia película, sobre el cambio suscitado a raíz de 1968 y de si en realidad “Todo iba bien” en 1972.
(...) El filme, guiado por la narración de la pareja, al final no tiene -como mayo del 68- ningún cambio evidente, todo vuelve a su status quo y lo que se suscita es más una crisis nostálgica y pesimista de un intelectual que una ganas emancipadoras del propio modus operandi que se había impuesto tras el 68. A través del monólogo, el situacionismo, las metaficciones y referencias explícitas sobre la propia construcción cinematográfica se nos vehicula a su vez a través de una desasosegada reflexión sobre la historia: somos nuestros propios agentes de la historia. No hay colectividad, sino un sentimiento individualista incapaz de acción. Así termina con una voz en off Todo va bien: “Hay películas en las que el espectador se va del cine diciendo que él y ella sin duda salen de una crisis para entrar en otra y que así es la vida. Pero en esta película les dejamos a él y a ella mudos mientras se miran. Y diremos simplemente que él y ella han empezado a pensar en sí mismos como parte de la historia. Que cada uno pueda ser su propio historiador. Yo, Francia, 1972.” Todo va bien, Todo vuelve a su cauce. 
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jueves, 18 de abril de 2024

SEMANA DE JEAN-LUC GODARD EN EPTV: "SIN ALIENTO"

jueve 18 de abril - 22 hs
Semana de Jean-Luc Godard en EPTV: "Sin aliento"
Como la vida misma, el cine trae consigo muchas dicotomías. Una de las más discutidas, que ha generado textos, ensayos y postulados, es el cuidado del estilo en desmedro de la sustancia o viceversa. ¿Son necesariamente contrarios o deben complementarse para lograr la tan anhelada “película perfecta”? ¿Qué pasa cuando un filme sucumbe ante la tentación de la forma, y pone en un lugar preponderante el estilo, el “cómo se ve” por sobre lo que se quiere decir?
De los directores posmodernos, quizás el único que se salva de no ser juzgado bajo este prisma, sino simplemente venerado (no importa lo que haga o como lo haga), sea Quentin Tarantino. Lo cierto es que la razón de ser de uno de los directores emblemas del postmodernismo, y caníbal non plus ultra del cine B, tiene nombre y apellido: Jean- Luc Godard. La obra del llamado “alma revolucionaria de la Nueva Ola francesa” ha sido el principal referente a lo largo de la carrera de Tarantino y de muchos otros. Para muestra, un botón: Su productora, Band Apart, debe su nombre a la maravillosa película homónima del realizador de sus afectos.
No podemos olvidar a Godard. Es nuestro deber recordar quien es, sus descabelladas y fascinantes obras, su legado. Tarantino es solo uno de sus muchos discípulos que encontraron en su tratamiento de la forma una fuente inagotable de contenido e inspiración. Y es en Sin aliento donde el realizador francés eleva a la máxima expresión su afán por la estética, mientras construye con detalles la grandeza del todo.
El filme se centra en las desventuras de Michel Poiccard (Jean Paul-Belmondo), ladrón de mala muerte que, luego de asesinar a un policía, intenta escapar de la justicia y conquistar a Patricia (Jean Seberg), una estudiante de periodismo norteamericana que busca suerte en París. La cámara —manejada por Godard con virtuosa artesanía— sigue a Michel por la capital francesa con el mismo vértigo con que él sortea su propia imagen en las portadas de las crónicas policiales. Mientras agota sus posibilidades de escapatoria, Poiccard acentúa su descaro y su afán por no despertar simpatía alguna. Pero es esa misma desfachatez la que obliga, en cierta forma, a quererlo, a entender sus decisiones e incluso a hacernos cómplices de su actuar.
Sin aliento te deja, literalmente, sin respiración. No solo por la maestría de su ritmo y la fluidez de su edición, sino también por la forma en que rediseña y defiende una nueva idea de cine, que marcaría para siempre el devenir de tantas películas. Esas que sentimos, admiramos y amamos, pero que pocas veces nos preguntamos de dónde vienen o cuál es su razón de ser. Los protagonistas, Michel y Patricia, se transforman en cuerpos cinematográficos casi mitológicos, que se confunden con los actores que los interpretan y traspasan todo límite entre pantalla y tridimensionalidad. Él, un antihéroe forjado en el cine negro, sin ideales, motivaciones ni el encanto calculador de Humphrey Bogart, Gary Grant o Jean Gabin. Un galán cuyo leitmotiv es vivir acorde a sus impulsos y sobrevivir a la siguiente escena. Ella, una mujer que vive inmersa en sus pensamientos, atrapada en sus preguntas sin respuesta, enamorada fugaz y vividora intensa, dueña de una mirada nostálgica que nadie logra borrar.
Ambos, personajes y actores, son un retrato de la época en la que viven, además de estandartes del cine que proclaman. Esa congruencia entre ficción, narración, forma y contexto histórico-social es uno de los sellos del cine de Godard, que se extrapola también a toda la corriente tras la Nouvelle Vague. Una creación artística que vive inmersa en la dicotomía eterna entre representación y realidad, pero que lejos de entramparse y alterar su resultado, fluye en todas sus contradicciones y hace emerger una nueva fórmula, que se parece mucho a la vida.
En medio del frenesí del filme, Patricia hace una pausa y se apresta a entrevistar a un afamado escritor, en su primer trabajo como reportera para el New York Herald Tribune. Mientras intenta alzar su voz entre la multitud, el entrevistado clava sus ojos en ella. Patricia le pregunta: «¿Cuál es su máxima aspiración en la vida?», «Me gustaría ser inmortal y después morir», responde el escritor. Entonces, la esencia del filme comienza a tomar forma: ¿Cómo ser inmortal y después morir? ¿Cómo ser algo o alguien que no se es? ¿Cómo ser libre y, al mismo tiempo, atenerse a los límites intrínsecos del ser humano? Las acciones de Michel y Patricia son guiadas por estas contradicciones vitales, que al mismo tiempo los unen irrevocablemente. Y aunque el filme no entrega las respuestas, despliega las interrogantes justas, dejándolas inconclusas para quien se aventure a responderlas. Y, de paso, se vuelve una película inmortal.
>>> https://culturizarte.cl/


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miércoles, 17 de abril de 2024

SEMANA DE JEAN-LUC GODARD EN EPTV: "EL DESPRECIO"

miércoles 17 de abril - 22 hs
Semana de Jean-Luc Godard en EPTV: "El desprecio"
TE ODIO, TE AMO, TE ODIO: EL DESPRECIO, DE JEAN-LUC GODARD
“El cine –dijo André Bazin- sustituye nuestra mirada por un mundo amoldado a nuestros deseos. El desprecio es la historia de ese mundo”, nos dice la voz de Jean-Luc Godard en el cierre de la secuencia de créditos (no escritos, sino pronunciados en la pantalla) de este largometraje. En ese mundo es posible que un director de cine utilice el medio cinematográfico para expresar y conjurar –quizá- su desazón profesional y personal, disimulada en medio de una historia de ficción que él construyó “amoldada a sus deseos”, usando el cine como fuera su diario privado.
El desprecio (Le mépris, 1963) es una historia del cine dentro del cine: es el rodaje de una versión de La odisea encomendada por un productor norteamericano al mismísimo Fritz Lang, para ser filmada en los estudio de Cinecittà en Roma y en la isla de Capri. El productor, Jeremy Prokosch, no está a gusto con la adaptación y vincula –para hacerle “mejoras” a un guionista francés, Paul Javal, que vive en Roma con su esposa Camille. La narración es el encuentro de la pareja con Prokosch, su asistente Francesca y con Lang, y lo que ocurre con ellos posteriormente, tanto en el apartamento de Paul y Camille, como en la casa de Prokosch frente a la costa de Capri.
(...)
Si me pidieran que hiciera una mini sinopsis de El desprecio, diría que es una película autoreferencial, en la que un artista reflexiona sobre su oficio (y sus compromisos), y un hombre saca a flote sus grietas afectivas. Ocurre que ese artista y ese hombre son una misma persona y eso complejiza la lectura del filme al ramificar sus intenciones y multiplicar sus efectos. El resultado es una catarsis transformada en arte, purificada y sublimada por su autor para que trascendiera al dolor privado expresado entre dientes y nos hablara a todos en voz alta, expresando una desilusión colectiva a la que todos pudiéramos adscribirnos. Sin duda lo logró.


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martes, 16 de abril de 2024

SEMANA DE JEAN-LUC GODARD EN EPTV: "LA CHINOISE"

martes 16 de abril - 22 hs
Semana de Jean-Luc Godard en EPTV: "La Chinoise"
 La Chinoise de Godard es una de esas películas que no pueden evitar despertar en el espectador esa sensación de amor/odio en la que no sabes si acabas de visionar una obra maestra o la idea más loca jamás escrita. Con una fotografía extremadamente minuciosa y una puesta en escena un tanto peculiar, Godard crea un falso documental con discursos descontextualizados del libro rojo de Mao que crearán en unos jóvenes estudiantes parisinos ideas revolucionarias, e incluso les harán pisar la línea entre el bien y el mal.
En mi opinión, La Chinoise funciona y atrapa al espectador en gran parte por los recursos utilizados de la Nouvelle Vague. Con planos vacíos y silencios que pueden alcanzar casi los 3 minutos de duración, Godard crea esa sensación de estar viviendo 24 horas con los protagonistas, con sus dudas, inquietudes, problemas… pero al mismo tiempo incluye ese formato documental y miradas a cámara que rompen completamente la famosa 4 pared, y permiten que nosotros como espectadores totalmente ajenos a la historia creemos opiniones y juicios de valor sobre lo que estamos viendo, pero con ese toque de empatía por los protagonistas.
Después de ver la película, en mi surgieron ciertos sentimientos encontrados. Por una parte me parece una valiente apuesta por el cine experimental. Godard arriesga tanto visualmente, manteniendo por ejemplo, durante toda la película una línea cromática muy interesante jugando con los colores de la bandera francesa. Como con lo que respecta a lo argumental, contando una historia sobre jóvenes que deciden recurrir al terrorismo para defender una causa. Algo que sin duda puede hacer saltar las alarmas de los espectadores.
Por otra parte, el alargar demasiado algunas escenas y arriesgar tanto con la experimentación hacen que en algunas ocasiones, salgas inevitablemente de la historia, preguntándote si realmente estás entendiendo algo de lo que estás viendo e incluso tener que rebobinar algunos momentos del filme para intentar no perderte ningún detalle, que puede resultar decisivo en este tipo de cine.
En conclusión, como aficionada al cine, desde el momento en el que conocí esta corriente creía que el cine experimental de la Nouvelle Vague no era para mí. Pero después de atreverme con La Chinoise creo que es algo que por lo menos todo el mundo deberíamos ver alguna vez, para bien o para mal, aunque solo sea por la curiosidad de ver un cine completamente distinto y loco que, personalmente, creo que difícilmente funcionaría a nivel comercial en nuestros tiempos, y que poca gente, por no decir nadie se atrevería a hacer.


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lunes, 15 de abril de 2024

EPISODIO II - SIN BONDIOLA Y SIN CERVEZA EL TÍO PIERDE LA CABEZA - MARTES Y JUEVES POR EPTV

Martes 16 y jueves 18 de abril - 12 hs
EPTV: EPISODIO II - Sin bondiola y sin cerveza el tío pierde la cabeza | Una producción de "En el patio del tío"

Estrenamos el segundo episodio de #enelpatiodeltio, en esta ocasión nos visita un gran músico de la Comarca y amigo de los más entrañables que tiene el Tío. Con sol de mediodía acariciando las cabezas acompañamos el momento con una receta deliciosa: Bondiola a la cerveza. Agridulce para sorprender? Le gustará a nuestro invitado? Está noche date una vuelta por el patio del tío y unite en este encuentro de música y sabores...

SEMANA DE JEAN-LUC GODARD EN EPTV: "PIERROT EL LOCO"

lunes 15 de abril - 22 hs
Semana de Jean-Luc Godard en EPTV: "Pierrot el loco"
 Jean-Luc Godard nos acerca a un cine de la exploración, de la combinación, de la experimentación con los límites del cinematógrafo en cada momento. Como afirma Santos Zunzunegui, su obra cinematográfica es un recipiente en el que se pueden añadir elementos filosóficos, artísticos o de cualquier otro territorio. Mediante una operación de collage polifónico recoge con avaricia sus inclinaciones en música, novela, poesía o pintura. Además, no duda e insiste en reelaborar tanto sus propios textos como los de los demás. Lo que menos le importa al director es la línea narrativa. La hace explotar en fragmentos, en capítulos, en elipsis imaginativas. La disocia en caminos sorprendentes que rellena de interpolaciones, metáforas o comparaciones en los que mezcla la pluralidad de sus intereses. Arranca del cine convencional para sacudirlo y rehacerlo desde su particular mirada. Eso mismo se puede aplicar a los géneros y Pierrot el loco (Pierrot le fou, 1965) es buena prueba. Aventuras, acción, drama, trama policiaca, comedia, asesinatos o escenas musicales se irán enlazando para al final, remitirse al  sentimiento que en realidad aspiraba despertar el autor. Nos referimos a la emoción. No nos importa en absoluto buscarle tres pies al gato en la disparatada historia de espionaje protagonizada por Ferdinand y Marianne. Es lo de menos. Envuelto en una constante indagación de los límites sobre imágenes y sonido, Godard utiliza el cine no solo para narrar sino también para reflexionar, pensar, relacionar y bordear o dinamitar barreras. 

Hablábamos de emociones. Precisamente, como paso previo a destacar algunos de los referentes pictóricos que aparecen en Pierrot el loco, nos gustaría centrarnos en una de las escenas iniciales que se caracterizan por el uso simbólico del cambio cromático. Se trata de la fiesta en la que seguimos a Pierrot, a Jean-Paul Belmondo, deambulando, aburrido de su vida y de las conversaciones ajenas. Así, va observando con displicencia grupos o parejas de invitados y al tiempo el color de la pantalla recurrirá alternativamente al rojo, al amarillo, al azul o al verde de forma muy marcada para acompañar a comentarios que más bien nos recuerdan campañas publicitarias. Todo para rematar en el lanzamiento de una tarta al tiempo que estalla una paleta de colores agresivos. Únicamente el autor francés se detiene en la neutralidad y pureza del blanco y negro cuando aparece Samuel Fuller. Y este último nos dirá que para él el cine es amor, muerte, deseo, violencia, en una palabra, “emoción”. 


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domingo, 14 de abril de 2024

DOMINGO 14 DE ABRIL EN EPTV: "VOCES INOCENTES" DE LUIS MANDOKI

domingo 14 de abril - 22 hs
EPTV: "Voces Inocentes" de Luis Mandoki

A decir de Eric Hobsbawm, el siglo XX fue el más mortífero en la historia por “la envergadura, la frecuencia y duración de los conflictos bélicos” que asolaron sin interrupción, y por “las catástrofes humanas, sin parangón posible, [que causaron] desde las mayores hambrunas de la historia hasta el genocidio sistemático”.1 Desde la primera mitad del siglo, en El Salvador fue ahondado un proceso creciente de confrontación sociopolítica y económica, correspondiente al desenvolvimiento de las contradicciones histórico-dialécticas del capitalismo en Centroamérica.2 De tal modo que hacia mediados de los años setenta, la polarización y la tensión política fueron in crescendo insosteniblemente, hasta conducir al país a la inexorable antesala del estallido social.

Grosso modo, los actores políticos en pugna constituían grupos diferenciados por intereses de clase que, sin embargo, estaban lejos de ser homogéneos y unívocos. Entre las fuerzas que propugnaban por el mantenimiento del statu quo se desarrolló la agudización del progresivo contubernio de la compleja oligarquía cafetalera con una élite política corrupta, la Fuerza Armada de El Salvador (faes) y el gobierno estadounidense ‒primero de James Earl [“Jimmy”] Carter Jr. y, luego, de Ronald Reagan‒. A su vez, entre las fuerzas revolucionarias se apostaron el clero católico liberacionista, las organizaciones político-populares y las político-militares que ‒aunque de manera disímil‒, paulatinamente concedieron legitimidad de índole histórica al desarrollo de la violencia armada, como método de resistencia y combate a las formas bélicas de confrontación a las causas populares.

Fue así como “[e]ntre los años de 1980 y 1991 [la nación] estuvo sumida en una guerra que hundió a la sociedad salvadoreña en la violencia, le dejó millares y millares de muertos, y la marcó con formas delincuenciales de espanto”.3 De acuerdo con los cálculos realizados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se estimaba que ‒hasta 1986‒ habían muerto más de 60 000 civiles, y habían sido abandonados 90 000 hogares, con lo cual se dejó a más de 500 000 personas sin techo. Entre quienes constituían esta cifra, la mitad eran menores de 14 años y había un número indeterminado de huérfanos de guerra.4

El dolor y el padecimiento de la injusticia, sin embargo, no siempre pueden ser considerados cuantitativamente. Como suele suceder, la crueldad de la violencia hizo especial mella entre los sectores de la población más vulnerables por su condición social y etaria: ancianos, mujeres, bebés, niños y niñas pobres que habitaban las zonas de combate. “¿Por qué nos quieren matar si no hicimos nada?”, la reflexión en soliloquio de Chava, un inocente niño de 11 años, personaje principal de la película Voces inocentes5, es sin duda una exclamación estrujante y, por desgracia, profundamente vigente en América Latina y en el mundo.

Los hechos de los que da cuenta la película dirigida por el cineasta Luis Mandoki son una interesante representación de la violencia en medio de la cual se desarrollaron innumerables sujetos históricos reales durante el siglo pasado. Ahora bien, como toda manifestación cultural, el filme es en sí mismo un discurso y, más aún, una representación del devenir histórico que está mediada por la subjetividad de quien la produce. En ese sentido, la obra cinematográfica posee un carácter representativo que denota e insinúa elementos en pantalla que la sitúan contextualmente y, con ello, la vinculan dialécticamente con el devenir histórico.

A casi veinte años del estreno de la película, el presente artículo constituye un ejercicio analítico sobre este discurso fílmico latinoamericano y su intersección con la realidad histórica salvadoreña, a partir del examen de los aportes de este para visibilizar y denunciar la violencia aún impune hacia la infancia durante la Guerra Civil en El Salvador. Para alcanzar el propósito de este artículo, he empleado el marco teórico conceptual sobre la violencia desarrollado por el jesuita vasco-salvadoreño ‒teólogo y filósofo de la liberación‒ Ignacio Ellacuría Beascoechea. Tal elección teórica responde al reconocimiento de la vigencia del pensamiento ellacuriano, como un corpus forjado al calor de la cruenta vida político-militar salvadoreña de la segunda mitad del siglo XX y, por tanto, sumamente pertinente para indicar las contraposiciones en el desarrollo de la violencia injusta.
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sábado, 13 de abril de 2024

EL MERCADO RURAL DE GOLONDRINAS CUMPLE 4 AÑOS DE ORGANIZACIÓN POPULAR, COMUNITARIA Y ECONÓMICA

 (El Pueblo TV).- Este sábado 13 de abril se realizó en Golondrinas el festejo por los 4 años del Mercado Rural de Golondrinas. El evento se desarrolla en un momento particular de su desarrollo, porque el recientemente designado intendente de Lago Puelo pretendió desalojarlo. Pero el espacio construido comunitariamente agrupa a más de cincuenta familias del paraje rural, y la resolución municipal fue respondida por les vecines del paraje rural. El espacio era originalmente el Centro Comunitario del paraje, pero no se utilizaba casi nunca y por eso en 2020 unxs docientos vecinos se organizaron para dar respuesta a sus necesidades económicas y de encontrarse, cuando la pandemia por el COVID-19 volvía imposible la subsistencia de muchas familias. Hoy a cuatro años, nuevamente la crisis económica hace que este espacio sea parte de la solución económica no solo de las cincuenta familias que producen y venden, sino de muchas más dentro del mismo paraje que encuentran productos orgánicos, de calidad, y a precios justos, ya que no hay intermediarios entre productor y consumidor.

Hoy, en el evento que incluyó muestras artísticas, talleres gratuitos y abiertos, música en vivo, comida a la canasta, encuentro, baile, y fiesta, la vecindad se acercó numerosa. Unas cientocincuenta personas participaron de la jornada que comenzó a las 11 y a las 18 continuaba.